Intenta
buscar un objetivo de la entrevista: qué quieres conseguir entrevistando a tal
persona, qué te
interesa de ella y qué va a interesar a los demás
Construye un hilo narrativo, una secuencia
logica de preguntas, como si la conversación fuera un trayecto que va de inicio
a fin. La primera pregunta es clave. Piénsala bien.
Busca
las preguntas que nadie le haya hecho antes y evita preguntar lo obvio. Todo lo
que ya sabes del entrevistado por el proceso de documentación previo (datos
concretos, aficiones, resultados, trabajos…) no hace falta que se lo preguntes.
Construye bien las preguntas, de forma clara y
concisa. Alterna preguntas largas (con contextualización propia), con otras
preguntas más cortas. Cuánto más claro/a seas, más claro te contestará
(normalmente). No hagas dos preguntas a la vez. Sólo te contestará la última y
se olvidará de la primera.
El
protagonista es el/la entrevistado. Déjalo que hable. Que no note que quieres
hablar demasiado tú. Si se quiere enrollar, que se enrolle. En la transcripción
ya cortarás.
Escúchalo
muy bien. Esto te permitirá repreguntar sobre respuestas suyas y le hará sentir
a él que tiene delante a una gran entrevistadora atenta.
El
guión es eso, un guión. Olvídalo cuando veas que la entrevista toma un
recorrido diferente al que habías previsto. Si has preparado bien la entrevista
sentirás que todo está en tu cabeza y que no hace falta papel.
Toma las riendas de la entrevista. Si notas
que se desvia de tus objetivos, frénale (sutilmente) y recondúcelo.
No
te quedes con ninguna duda durante la entrevista. Si no entiendes algo de
alguna respuesta, repregunta. No hay nada peor que estar tranquilamente en casa
transcribiendo la conversación y no saber qué quiso decir con eso.